Investigación de la Unidad 9
Unidad 9. Estilos de Lenguaje
9.1 El arte de hablar
A pesar de que vivimos en la sociedad de la imagen, nadie puede negar la perdurable autoridad de la palabra. La habilidad oratoria, tan necesaria para docentes, estudiantes, políticos, juristas y profesionales cualificados, no es un don: se alcanza con el trabajo, la disciplina y el estudio.
La oratoria es una disciplina que viene de antiguo. Los griegos ya se dieron cuenta de que alguien que se expresa con claridad, facilidad y sin temor ante un público tiene la capacidad de hacer que los que escuchan asientan con la cabeza, convencidos de sus palabras. Es el arte de motivar, influir, persuadir o simplemente entretener a un auditorio.
Por lo general, tiene dos propósitos, convencer y conmover. El orador por medio de un lenguaje adecuado y con su estilo para expresarse, emplea el instrumento de su voz para transmitir un pensamiento.
La elocuencia surge en lo que expresas del mensaje, cómo lo dices y el tipo de público que te escucha. Esto forma parte del conocimiento sobre el arte de hablar con elocuencia.
9.2 Locución
(latín: Locutus: Acto de hablar)
(hablar: latín fabularis: expresar el pensamiento por medio de palabras).
La locución es la acción de informar, enseñar, anunciar, culturizar o capacitar al oyente, por medio de la voz. Los locutores profesionales, tienen la capacidad de transmitir emociones, estados de ánimo y diferentes sensaciones mediante sus palabras, para que los oyentes, puedan sentir lo que escuchan y puedan ser persuadidos por las diversas tonalidades. En el mundo de la locución, no sólo se trata de oír una voz, el objetivo es que los oyentes puedan sentir que escuchan a una persona, con determinada personalidad y ciertas características que le den forma al mensaje que se desea transmitir.
La Locución se refiere a la expresión de un pensamiento por medio de palabras y frases; a cómo se eligen y disponen las palabras en la frase. Se trata de la organización en el detalle de la expresión.
Al talento de hablar se lo denomina elocuencia, teniendo ésta por objetivo deleitar, impresionar, conmover a la o las personas que nos escuchan.
Este arte aborda los principios que se deben considerar y aquéllos que se deben evitar para hablar del modo más acorde con el fin que nos proponemos.
Cuando hablamos con una o varias personas o cuando nos dirigimos a ellas, en el caso de hacerlo a través de los medios radiales o televisivos, lo que ya percibe un fin social, debemos proponernos el objetivo de comunicar nuestro mensaje produciendo, con nuestra elocución, cierto efecto en el ánimo de ese público.
El éxito de esto depende de una pura combinación entre el talento, que es innato, y lo adquirido por medio de la práctica y el estudio.
Es entonces cuando diremos que la Locución es entendida como
EL ARTE DE LA PALABRA HABLADA EN FUNCION DE UNA COMUNICACION SOCIAL
Este arte requiere de una técnica respiratoria adecuada, así como de una voz impostada que pueda ser matizada en pos de una comunicación eficiente.
PROCESO DE ENUNCIACION
Los elementos que constituyen un proceso de enunciación son:
– el locutor que es quien enuncia (relata, cuenta, informa, etc.).
– el alocutario que es a quien se dirige el mensaje.
Ambos son interlocutores.
El Arte del Bien Decir tiene que ver con la capacidad que tiene el «hablante» de embellecer su expresión, de dar a su habla eficacia para deleitar.
Se trata de una elocuencia artística cuyo fundamento principal es la belleza del estilo y cuyo primer objetivo es producir placer estético. En definitiva: es la Oratoria misma.
9.3 Dicción
Esta elocución de la que hablamos debe estar acompañada por una correcta dicción, la cual consiste en el modo de decir o de expresarse respecto de la elegancia, belleza, armonía del mensaje, con el fin de formar, combinar, enlazar giros, frases, cláusulas (reunión de palabras dentro de las cuales se encierra un pensamiento completo), etc. para expresarse correctamente. Todo esto, en alguna medida, también se debe a condiciones personales.
Forma parte de la dicción poseer una armoniosa coordinación fono-respiratoria (sea de la voz con el aire) que permita hacer coincidir las pausas respiratorias con las pausas del texto o del discurso.
La forma de expresarse que tiene una persona se conoce como dicción. Este término está vinculado a la manera en que cada individuo emplea las palabras y, por lo tanto, forma oraciones.
9.4 Estilo
Ninguna persona es igual a otra cuando se expresa. Es lo mismo que ocurre con las huellas digitales; no hay quien tenga las tuyas. Cada uno adquiere una forma única de acentuar determinadas palabras, de utilizar un tono de voz y una distintiva pronunciación de ciertas consonantes, por ejemplo.
Carl Jung, médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, explicaba que además de las muchas diferencias individuales en la psicología humana, hay también diferencias típicas, las cuales determinan los estilos.
El estilo al hablar depende de múltiples factores, como la educación y la experiencia. En él intervienen asimismo elementos como la disposición, las preferencias, la tendencia, los patrones conductuales, la habilidad y las estrategias de aprendizaje.
Las condiciones personales son elementos que perfilan el estilo del individuo. El estilo es el que modela la manera de manifestar los pensamientos, en este caso por medio del habla. A esto lo denominaremos fonoestílística.
El estilo nace de la propia naturaleza del individuo más que del estudio; depende de sus facultades y de su modo de ver el mundo y sus cosas. Es el producto íntimo de la personalidad, su carácter… Es el hombre mismo, con su manera de ver la vida, sus valores, etc. Por eso no existen dos estilos exactamente iguales: a lo sumo se encuentran semejanzas.
9.5 Fonoestilística
El estilo es el que modela la manera de manifestar los pensamientos, en este caso por medio del habla. A esto lo denominaremos fonoestílística.
El objetivo propio de la fonoestilística consiste en la forma de expresar los sentimientos y pensamientos que expresan la lengua y el lenguaje. Su interés principal no es el contenido del enunciado, sino la enunciación de ese enunciado: El cómo lo digo.
Esto es el «carácter general» de las cualidades que resultan tanto de los pensamientos como de sus formas y expresiones, y del talento de quien habla.
9.6 Prosodia
(latín-. prosodia: hacia el canto).
Prosodia, un concepto de nuestra lengua que se emplea para nombrar a la rama de la gramática encargada de la acentuación y la pronunciación. La prosodia, por lo tanto, examina las características fónicas, los tonos y los acentos. Su objeto de estudio es la manifestación de las palabras, analizando la acentuación local y la entonación general de una frase.
Hilando más fino, llegamos al concepto de prosodia la cual tiene que ver con la correcta pronunciación y acentuación de las palabras, pero no como elementos aislados, sino en el conjunto de la frase y de todo el mensaje.
Las reglas de la prosodia no conocen otro juez que el oído.
Esta se refiere al conjunto de reglas relativas a la métrica (intensidad, altura, timbre, duración). Afortunadamente, nuestra lengua posee una gran variedad y armonía prosódica gracias a la también variada colocación de sus acentos.
Los griegos definían la presodia como un «quasi canto».
Las palabras deben vibrar, cantar, a fin de dar a la elocución nobleza y calidad musical.
Porque la elocución también es música, porque hablar es cantar, porque el habla y el canto forman parte de un mismo proceso, y porque ambos poseen ritmo.
9.7 Ritmo
(latín: rhythmus: fluir)
El ritmo de una frase es «su movimiento».
Tiene relación íntima con el tiempo y la velocidad del habla. Es su pulsación.
El ritmo conduce a la grata y armoniosa combinación y sucesión de voces, pausas, cortes del lenguaje, tanto el de la poesía como el de la prosa.
Se debe adaptar al contenido de lo que se va exponiendo. Dentro de la normalidad, existen los ritmos lento y rápido.
En la locución, la correcta combinación de las dicciones al construir las frases produce el ritmo, esto es el movimiento, la proporción, la congruencia, el orden y la armonía deleitosos.
Cuando este ritmo no viene ya sobre impuesto por el contenido del texto, el locutor debe darle el suyo propio y natural, a su modo de sentir: a su estilo.
Recordemos que el ritmo no sólo tiene que ver con las palabras, sino con las pausas y silencios los cuales, sin duda alguna «hablan» también.
9.8 Pronunciación
(latín: pronuntatío-pronuntiare: emitir y articular sonidos para hablar).
Es la acción y efecto de pronunciar (articular y emitir sonidos para hablar; resaltar; resolver; declararse a favor o en contra de algo o de alguien). El concepto se utiliza para nombrar al modo o la manera en que se expresan las palabras.
La correcta pronunciación domina en el mensaje hablado y responde a la forma de enunciación del discurso.
Si un orador no sabe recitar una poesía, leer una prosa o un relato, narrar un texto con el tono que el género pide, su discurso se desluce.
Una de las principales características de la pronunciación es la «claridad», ya que la persona debe hablar para que se le entienda. No debe hacerlo precipitadamente, no debe saltearse o comerse letras o sílabas, sino articularlas sin afectación.
La pronunciación abarca la inflexión y el acento del hablante.
Su lenguaje es culto, su pronunciación pura y clara; sus antecedentes juveniles no suelen ser muy claros ni puros.
Bibliografía:
Lic. Laura Neira. (s.f.). Centro Internacional de la Voz Laura Neira. El Arte de Hablar. Recuperado el 17 de Junio de 2022, de https://lauraneira.com.ar/el-arte-de-hablar/
Julián Pérez Porto y Ana Gardey. Publicado: 2011. Actualizado: 2022.
Definicion.de: Definición de (https://definicion.de/)
Esta información nos anima a aprender a comunicarnos porque es un arte sin duda
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